El Prieuré-Lichine 2008 es una cosecha de paciencia y precisión. El conocimiento hizo la diferencia. Los peligros climáticos han marcado las estaciones. El fresco y lluvioso verano anunció menores rendimientos. Pero el clima seco de septiembre fue ideal y garantizó la calidad de las uvas. La larga vinificación dio vinos encantadores con aromas agradables, armoniosos, bastante picantes y buena densidad.
