El viñedo del Rosellón se extiende, como parte de la provincia de Languedoc, por más de 20.000 hectáreas de terreno desde el Macizo de las Corbières hasta Banyuls, no lejos de la frontera española. Aunque se dice que los griegos plantaron las primeras vides hacia el siglo V a.C., fue durante la época romana cuando despegó la producción de vinos del Rosellón.
Situada entre el mar y las montañas de los Pirineos Orientales, la zona vitivinícola del Rosellón debe su singularidad a la diversidad de sus suelos (compuestos de caliza, esquisto y arcilla), sus viñedos en terrazas y su clima mediterráneo.
Con inviernos suaves, escasas precipitaciones, insolación óptima y regulación natural de la temperatura por la Tramontana, el famoso viento fresco, esta región árida, que figura entre las más calurosas de Francia, se beneficia de condiciones favorables a la producción de vinos que expresan con autenticidad la identidad de su terruño.
Tintos, rosados, blancos o incluso dulces naturales, los vinos del Rosellón se componen principalmente de uvas Syrah, Mouvèdre y Carignan.
Côtes du Roussillon, Côtes du Roussillon Villages, IGP Côtes Catalanes o IGP Pyrénées-Orientales... Son ejemplos de denominaciones en las que, desde hace varios años, viticultores apasionados y reconocidos por su talento tanto en la gestión del viñedo como en la vinificación de los vinos, como Hervé Bizeul(Domaine du Clos des Fées), Gérard y Lionel Gauby o Domaine Olivier Pithon, producen vinos cuya calidad y elegancia realzan este excepcional suelo del Rosellón.