Desde 1776, la Maison Louis Roederer representa la esencia misma del arte champenoise. Combinando el dominio de un terroir excepcional con una exigencia sin falla, esta Maison ofrece una gama de champagnes de excepción, verdaderos reflejos de su filosofía y de su saber hacer transmitido a través de las generaciones.
Cristal de Louis Roederer: una historia sorprendente
La cuvée Cristal de la Maison Louis Roederer, símbolo de prestigio, tiene un origen fascinante ligado a Rusia. Creada en 1876 para el Zar Alejandro II, esta cuvée nació de una demanda especial del emperador, quien deseaba un champagne exclusivo. Temiendo por su seguridad, el zar exigió que el champagne fuera presentado en una botella de cristal transparente, de fondo plano, en lugar de las botellas verdes tradicionales. Esta elección de material dio su nombre a la cuvée. Inicialmente destinada al mercado ruso, Cristal no fue comercializada mundialmente hasta 1924, después de la revolución rusa de 1917.
Hoy, aunque solo el cristal ha sido reemplazado, la forma de la botella y las armas imperiales permanecen inalteradas, haciendo de esta cuvée un champagne histórico.
Una cuvée de excepción
Cristal es elaborada únicamente en las grandes añadas, reflejando la artesanía minuciosa y la expresión de la añada. Compuesta de aproximadamente 40% de Chardonnay y 60% de Pinot Noir, esta cuvée es un gran vino que encarna los terroirs calcáreos de la Champagne, notablemente la Côte des Blancs, los Grands Crus de la Montagne de Reims y del Valle del Marne.
El Champagne Cristal es envejecido durante al menos 6 años en las crayères de la Maison, seguido de 8 meses de reposo después del degüelle, permitiendo al tiempo perfeccionar su desarrollo.
Añadas notables para explorar
Cada añada de Cristal expresa un estilo singular, revelando aromas complejos de cítricos, frutas blancas y frutas confitadas, todo sublimado por una elegante mineralidad yodada. En boca, Cristal se distingue por una textura sedosa, desvelando fineza, potencia y pureza, y promete una magnífica evolución en bodega.
Cada año, Cristal encarna la identidad única de su añada y la expresión de su precioso terroir calcáreo. La añada 2005, por ejemplo, pone de relieve la personalidad del Chardonnay con una firma aromática distintiva y una boca aterciopelada. Por otra parte, la añada 2006, procedente de un año solar, seduce por su madurez y frescura. En cuanto a Cristal 2008, se distingue por su densidad y potencia, conservando al mismo tiempo una frescura notable.
Disponible también en magnum, explore el universo de los champagnes Louis Roederer a través de una colección tan rica como diversificada.