A finales del siglo XIX, la finca pertenecía a la familia Lecanda, que fue pionera en una nueva forma de producción de vino en esta región.
Hacienda Monasterio, tal y como la conocemos hoy, nació de una idea que tuvo Peter Sisseck en 1990. En efecto, cuando llegó a la Ribera del Duero para dirigir la bodega y plantar viñedos en ella, su espíritu visionario le permitió gestionar el viñedo de una manera audazmente radiante. La bodega actual se construyó entre 1991 y 1992, habiendo sido concebida por el arquitecto francés Philippe Maziéres, que ya había trabajado para bodegas tan prestigiosas como Château Margaux y Château d'Yquem. Dos años después, Carlos de la Fuente se incorporó al equipo como mano derecha de Peter.
Hacienda Monasterio es una finca de 160 hectáreas, 78 de las cuales están plantadas de vid. Está situada entre Pesquera y Valbuena de Duero, dos ciudades del Valle del Duero en España que gozan de gran reputación por la calidad de sus vinos. La composición heterogénea de los suelos permite dividir el terreno en parcelas, todas ellas con un rasgo distintivo: una alta concentración de piedra caliza, que les confiere Vinos españoles sutileza y elegancia.
La principal variedad de uva que se cultiva aquí es la Tinto Fino procedente de las viñas viejas seleccionadas en la región, que, al igual que la Tempranillo, se caracteriza por sus grandes racimos y su alto rendimiento. El Cabernet Sauvignon, el Merlot y el Malbec también se cultivan en menor cantidad y se utilizan para equilibrar la estructura de los vinos.
La bodega de la finca también está a la vanguardia de la modernidad. Tres edificios, equipados con un sistema de control de la temperatura y la humedad, se encuentran en el corazón de la finca y contribuyen a la belleza de los vinos de la misma. Depósitos de acero inoxidable, sistemas de control de temperatura, laboratorios de control analítico, sistemas de refrigeración, suelos de grava natural... Hacienda Monasterio reúne todas las características de las grandes fincas.
Fruto de estas características son los vinos auténticos y puros, de cultivo ecológico. A través de estos vinos, tanto los aficionados como los conocedores pueden disfrutar de un viaje inolvidable al corazón de los grandes terruños españoles.