Propiedad de Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III y última emperatriz de Francia, Viñedos Hermanos Hernáiz es una finca con una herencia noble y apasionada. De hecho, el emperador impulsó la Burdeos Clasificación Oficial del Vino de 1855. Por tanto, es natural destacar que la pareja imperial comprendió perfectamente el valor de estos suelos riojanos. Por ello, se plantaron vides en este excepcional terruño, dando lugar al nacimiento de los vinos de Viñedos Hermanos Hernáiz.
Desde 1996, la finca está en manos de dos hermanos llamados Eduardo y Víctor Hernáiz. Estos hermanos han dado mucho más que su nombre a la finca; la han alimentado con su saber hacer y su historia familiar, pero también con su ambición y sus sueños compartidos. Los colores, las fragancias y los sabores de estos vinos se representan así: a través de añadas reconocidas por su elegancia y mineralidad, cuentan la historia de un terruño y de unos viñedos familiares.
Estos fascinantes terruños no son otros que los de La Riojauna región de España famosa por la calidad de sus vinos. El viñedo de Viñedos Hermanos Hernáiz abarca 101 hectáreas agrupadas bajo el nombre de Finca La Emperatriz. Allí, el suelo se forma a lo largo del tiempo gracias a la erosión de la Sierra de la Demanda, formada por cantos rodados que impiden que los suelos mantengan las reservas de agua. El estrés hídrico resultante es ideal para las uvas durante el periodo de maduración.
Además, la luz de estos guijarros blancos se refleja en las viñas, dando a las bayas una hermosa concentración de color y aromas. Por ello, tempranillola variedad de uva emblemática de la región, florece maravillosamente junto a variedades de uva como garnacha.
Para cultivar este vasto terruño y amplificar sus rasgos distintivos, los hermanos Hernáiz han decidido aplicar una viticultura por parcelas. Así, se han puesto en marcha técnicas de viticultura propias de cada parcela. Esta diferenciación en función de las variedades de uva, de la edad de las vides, de los microclimas o incluso de la exposición es testimonio de un profundo respeto por el suelo y permite la obtención de vinos con caracteres muy distintivos y que están hechos para envejecer.