Famoso en el mundo entero por su refinamiento y su complejidad, el Sauternes se distingue de las demás denominaciones de vinos licorosos y está simbolizado por el prestigioso Château d'Yquem. Antes de ser un vino, el Sauternes es antetodo una denominación. Situado en la ribera izquierda de la Garona, a unos treinta kilometros en el sur de Burdeos, la zona de producción de Sauternes representa una superficie de 1 557 hectáreas, con 5 zonas : Sauternes, Bommes, Fargues, Preignac y Barsac. El viñedo de Sauternes viene plantado en un terruño pedregoso, compuesto por graves y guijarros calcáreos.
Los vinos de Sauternes deben su gusto particular a la famosa « podredumbre noble » el botrytis cinerea, este hongo sin el cual no existiría. El microclima presente en la zona, asociado al papel imprescindible del Ciron (pequeño afluente el río Garona) permiten el desarrollo de la podredumbre noble gracias a la humedad de las brumas de las mañnas en el otoño que se deposita en las uvas. El botrytis permite desecar las uvas concentrando el azúcar 221g/l según las especificaciones de la denominación) y desarrollar los aromas particulares del Sauternes. Verdadero oro liquido, los vinos de Sauternes son el resultado de un proceso largo y costoso para los productores ya que la tasa de rendimiento está limitada a 25hl por hectárea. Para las propiedades más selectivas, una vid equivale a una copa de vino mientras que normalmente se trata de una vid para una botella de vino.
La clasificación de 1855 realizada durante la Exposición Universal de París firmará el reconocimiento de 26 crus classés, expresando cada uno una tipicidad propia. Aunque el Sémillon sea la cepa emblemática de la denominación Sauternes, el ensamblaje cuenta con el Sauvignon Blanc y la Muscadelle.
El Sauternes debe su fama a algunas propiedades prestigiosas tales como el Château La Tour Blanche, Château Suduiraut, Château Guiraud, Château Climens, Château de Rayne Vigneau o Château Lafaurie-Peyraguey...
Caracterizados por una gran frescura aromática con notas de agríos en la juventud, los vinos de Sauternes presentan un fantástico potencial de envejecimiento, permitiendo desarrollar su complejidad con una gran opulencia en boca y una acidez carácteristica.
A veces asociados a las cenas de fiestas, el Sauternes se combina perfectamente con los maridajes más sorprendentes, particularmente con la cocina fusión y la cocina especiada.